La preocupación por los problemas de los hijos crece cuando se encuentran en la primera fase de la vida. Es a estos niños, de entre 0 y 12 años de manera fundamental, a quien dedica sus esfuerzos el Centro de Psicología Infantil y Desarrollo La Metáfora. Para su directora, Isora Cabrera, atajar en el momento adecuado las dificultades que puedan surgir a estas edades es muy importante: “Hay muchas patologías del desarrollo en las que es fundamental actuar a tiempo”.

Desde hace dos años y medio, ella como psicóloga y su compañera como logopeda trabajan en problemas que suelen tener que ver, en la mayoría de los casos, con el autismo, la parálisis cerebral, la hiperactividad o el déficit de atención. Para ello ofrecen diagnósticos clínicos, psicoterapias, talleres creativos y orientación familiar y educativa. Pero además, cuentan con un equipo de profesionales formado por terapeutas del lenguaje y la comunicación, psicomotricistas, fisioterapeutas-osteopatas, danzaterapeutas y arteterapeutas.

“Todo el trabajo que se hace en La Metáfora es lúdico y se realiza a través de cuentos, música y juegos”, explica Isora. El método de desarrollo global que siguen no sólo tiene en cuenta al niño, sino también a su familia: “para nosotros, un tratamiento es atender el problema del menor y atender a los padres, abordándolo globalmente”. De esta forma pretenden conseguir la armonía en el desarrollo y la aplicación de un programa de tratamiento adaptado a las necesidades específicas.

En cuanto al proceso, Isora indica que “en un primer momento, tenemos una toma de contacto con los padres, luego con el niño y otra vez con los padres a modo de exploración”. Pero ahí no queda todo, sino que “después tenemos encuentros con ellos para realizar un seguimiento muy cercano y dependiendo del caso, hay padres que también entran en tratamiento”.

La Metáfora organiza también talleres de psicomotricidad y danza o artes plásticas, además de formación en el área de salud mental.

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