Escrito por Isora Cabrera Ayuso, directora de La Metáfora.


Cada día crece, de un modo alarmante, el número de niñas y niños que acuden al centro con problemas de adicción a las pantallas y lo que es más preocupante, si cabe, es que lo hacen a edades más tempranas cada vez.
Además de los síntomas como ansiedad o aislamiento social, observamos otros como alteraciones en la atención o en la memoria que, cada vez, se presentan con más intensidad. Y esto es preocupante, pues no debemos de olvidar que el cerebro está en pleno desarrollo.
Estos datos han crecido a pasos agigantados tras el confinamiento. Con esta dichosa pandemia, quizá, en muchas casas, haya habido un excesivo uso de las pantallas llegando, en muchos casos , al abuso.
Madres, padres y la sociedad en su conjunto, deberíamos tomar conciencia de estos nuevos hábitos y entender la magnitud de un problema que aumenta de un modo exponencial. Ahora, estamos a tiempo de prevenir y, en muchos casos, de revertir sus efectos. Esto, no ha hecho más que empezar y de todos depende que no se convierta en un problema irreversible.

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