En La Metáfora ofrecemos terapia familiar sistémica para aquellos casos en los que se requiera una intervención que aborde el malestar emocional y los problemas de comportamiento derivados de las dinámicas de relación y comunicación que tienen lugar dentro del sistema familiar.
Se trata de un enfoque multigeneracional en el que se tiene en cuenta la evolución individual de cada miembro de la familia y las necesidades asociadas a la etapa del ciclo vital que atraviesa (infancia, adolescencia, edad adulta…), en interacción con la propia evolución del sistema familiar (construcción de la pareja, nacimiento de los hijos/as, escolarización, familia con hijos/as adolescentes y jóvenes, nido vacío…) Además, no perdemos de vista las experiencias que han tenido lugar en las familias de origen de los padres y madres, y de qué manera influyen en el nuevo sistema familiar que han formado junto a sus hijas/os, tanto en las problemáticas que surgen cómo en la capacidad de activar soluciones que supongan una alternativa a estas situaciones conflictivas.
Entrar a intervenir dentro del funcionamiento de una familia implica analizar su jerarquía, los roles desarrollados por cada miembro, las posibles alianzas entre ellos, las reglas que rigen sus relaciones, el tipo de comunicación predominante, la manera de expresar (o no) las emociones…
En el enfoque sistémico no existen miembros etiquetados como problemáticos, ni un único “culpable” de la situación disfuncional familiar que cargue con todo el peso del problema, si no que se aborda la situación desde una visión global, digamos “desde fuera”, de la totalidad de las relaciones familiares, y de esta forma se observa cómo ciertos roles y posicionamientos dentro de su estructura influyen de manera recíproca manteniendo la problemática. Dicho de otro modo, todos forman parte del problema de una manera u otra. Por tanto, no tenemos culpables si no “corresponsables” del equilibrio familiar disfuncional que mantiene el problema. Por suerte, también todos son corresponsables a su vez de la solución, ya que con la colaboración de todos los miembros, activándose hacia el cambio, se podrán alcanzar los objetivos propuestos. En el caso de niñas y niños, esta responsabilidad dependerá de su nivel de desarrollo cognitivo y emocional, muy diferente al de los adultos.
En nuestras sesiones también es habitual hablar de las soluciones intentadas ante el problema que los ha traído al centro, y la propia familia se va dando cuenta de las que están siendo eficaces o de las que solo perpetúan e incluso incrementan la situación por la que han demandado ayuda. En este caso, se buscan soluciones alternativas a estas soluciones ineficaces y se entrenan a través de pautas o tareas, ya sea dentro de la misma sesión o fuera de ella.