Escrito por Isora Cabrera, directora de La Metáfora, Centro de Psicología y Desarrollo Infantil.


Es importante que, desde muy pequeños, las niñas y los niños reciban un “no” por respuesta, un “no” claro y contundente . Un “no” que transmita firmeza, a la vez que confianza y cariño. Esto ayuda a que, desde edades muy tempranas, aprendan a frustrarse además de trabajar el control inhibitorio, una de las habilidades más importantes en el desarrollo, ya que nos permite controlar pensamientos, emociones y conductas. La frustración, es una tensión emotiva que aparece cuando no conseguimos lo que queremos o cuando tienen lugar situaciones no deseadas. Las reacciones ante este sentimiento son variadas; enfado, ira ansiedad, etc. Y muchos de nuestr@s pequeños no están aprendiendo a gestionar este sentimiento.


¿Por qué tenemos tanto reparo en contener, en enseñarles a través de un “no” si puede ser tan beneficioso y nutritivo para su desarrollo? Así como les enseñamos colores, formas y tamaños; enseñarles a recibir y asumir un “no” como respuesta puede revertir en una mejor gestión de las emociones y, en consecuencia, una mejor adaptación a las distintas situaciones.

 

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